Es claro que la profesión de desarrollador independiente de videojuegos ya conlleva cierto grado de disfunción cognitiva, ya sea antes o después de ejercer como tal.
En el desarrollo independiente en especial, hay que obligarse a cambiar de mentalidad continuamente en función del proceso de desarrollo en que te encuentres. Y en muchas ocasiones estas distintas mentalidades entran en conflicto unas con las otras…
Estas son las mentalidades con las que tendrás que batallar en el proceso de desarrollo de un videojuegos.
Diseñador: Al pensar como un diseñador de videojuegos, debes obligarte a pensar un poco como un profesor. El diseñado de videojuegos debe guiar al jugador a través de todo el juego, desde el tutorial inicial donde es completamente inexperto hasta completar todos los desafíos del juego. Haciendo que el jugador pase por todo el juego sin que se aburra ni se frustre, durante el mismo.
Programador: Como programador lo único que intentas es que este funcione. Sí que hay mil maneras de optimizar el código para que sea más rápido, pero si no lo necesitas no lo vas a utilizar. Solo quieres que el juego funcione.
Artista: La mentalidad de artista es quizás la más desconectada del proceso de desarrollo en sí. Pues solo necesita preocuparse de que la parte de arte se vea bonita, no importa el tiempo, no importan los recursos, sencillamente que se vea bonita. Eso entra en conflicto con varios tipos de mentalidad, pero una de ellas es la mentalidad de programador, ya que una de los mayores cuellos de botella del rendimiento radica en la implementación del arte.
Productor: Una buena mentalidad de productor, debe encargarse de marcar unos objetivos claros, una linea de acción y de hacerlo cumplir. Es de las mentalidades menos comprendidas en la industria, ya que básicamente presiona a todo el mundo para seguir con el planning. Es duro enfrentar esta mentalidad con la mentalidad de artista, ya que este último, al artista le gustaría gastar todo el tiempo del mundo para que el arte fuera perfecto, y el productor, debe bajarle los pies al suelo.
Publicista: Por mucho que el juego funcione, sea bonito y cumplas los plazos, no sirve de nada si nadie lo conoce. Eso lo tiene muy claro la mentalidad de Marketing. Es la mentalidad que quiere que el juego lo conozca el máximo número de personas, sin importar la calidad del mismo. Esta mentalidad solo necesita saber exactamente a que objetivo va dirigido el juego, y sabe que eso influye enormemente tanto en el diseño, como en arte, como en la producción de este. Por eso hay que tener especial atención a este tipo de mentalidad ya que pueden aportar mucho al juego que las demás mentalidades no pueden.
Negociante: En resumen, el desarrollo de videojuegos es un negocio, y un negocio debe generar beneficios, si no los genera el negocio se acaba, esta mentalidad condiciona directamente todas las demás. Es la mentalidad mas fría y calculadora, pero hay que tenerla en cuenta, ya que cualquier desarrollador quiere vivir de desarrollar videojuegos y esta mentalidad se encarga de que eso sea posible. Hay muchas formas distintas de hacer del desarrollo de videojuegos, una forma de negocio viable, ya sea desarrollando videojuegos propios, videojuegos para terceros, otorgando distintos servicios, distribuir publicidad, contratando “sponsors”… Hay muchas formas, pero hay que encontrarlas y utilizarlas.
Así que si acabáis de salir del manicomio y estás pensando en entrar en el desarrollo de videojuegos independientes, será mejor que no dejes la medicación porque te va a hacer falta.
Creéis que me he dejado algún tipo de mentalidad? Creéis que me ingresaran antes o después de terminar mi primer juego?
Espero que os haya gustado y agradeceré todos los comentarios que podáis darme.
Feliz día a todos!